jueves, 1 de diciembre de 2011

El entrenamiento funcional




Las patologías que castigan hoy en día a la población son en mayor medida las relacionadas con malos hábitos y las llamadas “patologias hipocinéticas”. Una de las principales causa de muerte son las enfermedades cardiovasculares y todas las asociadas al denominado “síndrome metabólico”, la solución la venimos anunciando hace décadas, algo tan simple como: Muévete, haz ejercicio, sé activo.
El entrenamiento funcional surge originalmente de las técnicas utilizadas por los médicos especialistas en rehabilitación luego de lesiones y cirugías, quienes diseñan ejercicios que imitan las características de los movimientos que el paciente necesita poder volver a realizar en su vida habitual, su casa, su trabajo, en el deporte que practica, etc.

La importancia del movimiento
El ser humano necesita moverse y desplazarse para interactuar con otros seres humanos y con el medio ambiente. Esta interacción tiene una característica de gran importancia: el ser humano se mueve gracias a patrones de movimiento y no gracias a sus músculos o sus articulaciones. Es decir, el sistema del ser humano entiende que debe dar un paso o empujar algo para quitarlo del camino, o que debe saltar para pasar un obstáculo y NO entiende, o mejor dicho, no funciona por medio de flexiones de codo, extensiones de hombro o abducciones de hombro en algún plano.
Estos últimos son movimientos mono-articulares que el ser humano a clasificado gracias a los planos de movimiento, y se realizan bajo la acción de músculos aislados (en la mayoría de las ocasiones). Llegamos entonces al primer punto básico del entrenamiento funcional: El ser humano se mueve con patrones de movimientos que son usualmente multiarticulares y multi-planares, por lo que debemos entrenarlo de esa manera (siempre y cuando el paciente o cliente este adecuadamente preparado).
Para los ejercicios propios del entrenamiento funcional se utilizan accesorios, tales como poleas, mancuernas de distintos pesos, pelotas medicinales, BOSSU, bandas elásticas, conos de entrenamiento, trampolines, colchonetas, steps y demás.

¿En qué consiste?
Lo primero que pondremos en claro es que el entrenamiento funcional no es una tendencia más, una moda, o un nuevo producto que lanzo un fabricante de máquinas para gimnasios. El entrenamiento funcional consiste en entrenar y desarrollar programas de ejercicio (entrenamiento) utilizando los conceptos de anatomía funcional de manera práctica.
Como profesionales tenemos que saber que para plantear cualquier tipo de entrenamiento existen cuatro puntos importantes:

1 - Clientes más exigentes
2 - Una industria en constante cambio
3 - Poco tiempo disponible por parte de los clientes
4 - Exigencia de resultados

Existen también tres puntos de gran importancia al desarrollar programas de entrenamiento:

1 - Debemos pensar en efectividad (lograr los objetivos)
2 - Eficiencia (tiempo invertido)
3 - Seguridad (rehabilitación o prevención de lesiones)

Lo anterior demuestra que como entrenadores debemos desarrollar programas de entrenamiento que tomen en cuenta todos estos puntos anteriores. La única manera que veo posible de lograrlo, es estando en un proceso constante de cambio y aprendizaje.

El concepto “Funcional”
El entrenamiento funcional es una herramienta de gran ayuda para lograr cumplir con las exigencias antes mencionadas, ya que nos proporciona un tipo de ejercicio que previene y puede llegar a rehabilitar ciertas lesiones. Los programas involucran más al cliente, por lo que resultan más entretenidos y retadores.
Esta metodología se basa en conceptos científicos e investigaciones que demuestran sus ventajas pero que no descalifican a otro tipo de entrenamientos. Por tanto no diremos que un entrenado; cliente de un gimnasio o un atleta, tiene que hacer uno u otro entrenamiento. El entrenamiento funcional es una herramienta más. Este entrenamiento, “favorece el desempeño deportivo competitivo, de recreación, proporciona ganancias de fuerza, velocidad y agilidad, y también posibilita una recuperación más rápida en lesiones, principalmente músculo esqueléticas”.
Cuando pensamos en entrenamiento funcional, preguntémonos algunas cosas antes: ¿Funcional para quién? ¿Funcional para qué? ¿Funcional, o sin sentido?
¿Qué es funcional y qué no lo es?; es muy relativo a la actividad que se realice y también a la persona que estemos entrenando, pero es de gran importancia no olvidarnos de un principio básico: todos los seres humanos tenemos un mismo funcionamiento anatómico y biomecánico. La estructura es muy, muy variable entre géneros, edades, tamaños, biotipos, etc., pero la función (anatomía funcional) es igual para todos.
Es decir, al correr o andar en bicicleta no importa si la persona es obesa, alta, pequeña, delgada, de 12 años, una abuelita, deportista de alto rendimiento o un aficionado, todos utilizamos la misma biomecánica para dar la pedaleada o la misma biomecánica para correr o caminar.
Los entrenadores realizaremos el trabajo sobre un único elemento: el cuerpo humano. Por ello tendremos en cuenta que lo que es funcional para un nadador, no lo será para un ciclista o para un boxeador.



Christian Baez
Master Trainer
Revista Tu Cuerpo

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