viernes, 9 de diciembre de 2016

¿Es tu entrenamiento funcional?

Es tu entrenamiento funcional o no. Es una buena pregunta. Te has planteado alguna vez si el entrenamiento que estás llevando es funcional, es decir, útil y eficaz. Compruébalo.

¿Sigues un plan de entrenamiento funcional?
El Entrenamiento Funcional tiene como principal objetivo el entrenamiento del movimiento del cuerpo en todos sus ejes y en sus rangos de movimiento natural, y no sólo la musculatura en forma localizada. Por eso se le suele llamar también entrenamiento total o entrenamiento completo, porque ante todo busca la funcionalidad, la eficacia, la mejora del rendimiento sea la que sea tu actividad. Pero ¿cómo saber si el plan de entrenamiento que estás siguiendo es un auténtico entrenamiento funcional? Vamos a darte las respuestas.
Press plano, press francés, remo gironda… Si echamos un vistazo a los ejercicios clásicos de musculación os daréis cuenta de que la mayoría de ellos se realizan en el plano horizontal o vertical. Pero, ¿cuántas veces realizamos ese tipo de movimientos en nuestra vida diaria? ¿y en nuestro deporte? ¿podemos transformarlo en un entrenamiento funcional? Es hora de volvernos más funcionales en nuestro entrenamiento.
Nuestra vida y actividad física (sea de alto rendimiento o para coger el autobús) está llena de giros, rotaciones y movimientos compuestos. Esto tiene sentido si pensáis en cómo nos movemos en nuestro día a día: nos giramos para coger un papel que sale de la impresora, rotamos agachados para sacar la ropa de la lavadora… Si entrenamos para ser más eficientes en el día a día o en nuestra actividad deportiva, ¿por qué sólo trabajamos en dos planos?
El entrenamiento funcional está basado en movimientos que implican grandes cadenas musculares, y que nos enseñan a movernos en todos los planos del espacio. Dichos movimientos deben poder aplicarse a nuestra vida diaria y a nuestra práctica deportiva, maximizando los resultados en ambos casos.
La fuerza que imprimimos a estos movimientos parte siempre de nuestra sección media o core, por lo que es importante que la mantengamos fuerte y en forma. Además, el core es responsable de buena parte de nuestro equilibrio y corrección postural. Es la base de nuestro bienestar.

¿Porqué necesitamos un entrenamiento funcional?
Pensad en un día cualquiera de vuestra vida: ¿qué acciones realizáis? ¿Tenéis que coger a vuestro hijo o sobrino en brazos y os cuesta? ¿jugáis al fútbol o al pádel? Entonces deberíais entrenar movimientos completos como por ejemplo la sentadilla combinada con press de hombros con un disco o una mancuerna.
Las capacidades físicas básicas como la fuerza, la flexibilidad, la resistencia o la velocidad gozan de igual importancia en el entrenamiento funcional, ya que mejorarlas nos ayudará a ser eficientes y efectivos en nuestro día. De poco me sirve mover muchos kilos en la prensa de piernas si luego no soy capaz de pegarme una carrera para coger un autobús, ¿no?
Todo depende de cuál sea nuestro objetivo al entrenar: ¿tu objetivo es la hipertrofia? Entonces trabaja la fuerza y realiza un entrenamiento acorde, con ejercicios específicos para cada grupo muscular.
Pero si tu objetivo es tener un cuerpo eficaz para tu día a día o para mejorar el rendimiento en tu actividad deportiva, entrena de forma funcional con movimientos compuestos. El entrenamiento funcional es lo que necesitas !!
Os dejo con la reflexión: si vivimos en los tres planos del espacio, ¿por qué entrenamos sólo en dos?


Fuente: entrenamientofuncional.net
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viernes, 2 de diciembre de 2016

69 ejercicios con kettlebells




Si eres de los que utilizas las ketllebells solo para hacer inclinaciones laterales de tronco, estás desaprovechando un buenísimo recurso que puede darte grandes beneficios en tu entrenamiento. Las kettlebells o pesas rusas son un material estupendo y al alcance de cualquiera que esté en un gimnasio (a estas alturas casi todos tienen un rack repleto de estas pesas) para realizar un buen entrenamiento que combina fuerza y trabajo cardiovascular.
La ventaja de las kettlebells frente a las mancuernas es que, debido a su forma, mantienen el centro de gravedad fuera de nuestra mano, por lo que son perfectas para realizar ejercicios balísticos (moviendo muchos kilos a una alta velocidad). ¿Se te acaban las ideas para tu entrenamiento con pesas rusas? No worries, en este vídeo puedes ver hasta 69 ejercicios diferentes para practicar con las kettlebells.
Desde los movimientos más sencillos, como círculos alrededor del cuerpo o de la cabeza, hasta otros mucho más complicados como los movimientos olímpicos o variaciones de burpees realizados con un par de pesas rusas en las manos, las kettlebells son un material muy versátil al que podemos sacar mucho partido.
Son ideales para trabajar en intervalos de alta intensidad de tipo HIPT (high intensity power training) o de tipo Tábata. Ahora solo queda que elijas tu método de trabajo, los ejercicios que quieres realizar y te pongas manos a la obra.


Fuente: vitonica.com
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viernes, 25 de noviembre de 2016

Las distintas fases del calentamiento antes de comenzar a entrenar

Sabemos que el calentamiento es una de las partes indispensables del entrenamiento, que no debemos pasar por alto sea cual sea el deporte que vamos a practicar. Nos sirve tanto para poner sobre alerta a nuestro cuerpo de que vamos a demandarle un esfuerzo extra como para minimizar el riesgo ante posibles lesiones.
Por eso un buen calentamiento debe ser completo: con él podremos comenzar a movilizar las articulaciones, elevar nuestra temperatura corporal en un par de grados y mejorar la circulación de la sangre (con los nutrientes y oxígeno que contiene) hacia nuestros músculos. ¿Conoces las diferentes fases de un calentamiento completo?

- Fase de calentamiento general: esta fase, la primera que debemos realizar, se compone de ejercicios globales a través de los cuales aumentamos la temperatura corporal y comenzamos a trabajar el sistema cardiorrespiratorio. Es la fase que solemos realizar todos cuando calentamos: caminar en la cinta, unos minuto de bicicleta o elíptica...
- Fase de calentamiento específico: esta es la fase de la que nos olvidamos muchas veces, que está formada por movimientos más específicos que nos ayudan a movilizar las articulaciones que van a participar de forma concreta en el entrenamiento y a aumentar el flujo de sangre hacia ciertos grupos musculares. Puede estar formado por los mismos movimientos que van a formar parte de nuestra rutina realizados sin peso y con un rango de movilidad menor, o ejercicios que nos ayuden a mejorar la técnica del ejercicio que vamos a realizar.

Muchas veces, cuando vamos a realizar un entrenamiento con peso en sala de fitness, simplemente pasamos unos minutos en la cinta y directamente después comenzamos con las series de ejercicios que nos tocan cada día.
Es importante que recordemos al menos realizar un calentamiento específico para movilizar las articulaciones que estarán implicadas en el entrenamiento y que aprovechemos esos primeros minutos para mejorar la técnica y para concentrarnos en el entrenamiento que tenemos por delante.


Fuente: vitonica.com
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viernes, 18 de noviembre de 2016

Entrenamiento de fuerza en niños. Lo que la ciencia dice al respecto

Aunque hay muchos mitos que ya se han desmentido, el entrenamiento de fuerza en niños aun continúa siendo un tema polémico que reúne tantos adeptos como detractores, por eso, hoy te contamos lo que la ciencia dice al respecto.

Más beneficios que perjuicios
Aunque aun es poco frecuente ver niños en una sala de musculación o levantando pesas debido a la creencia de que es inseguro, puede lesionarlos o incluso, detener el proceso de crecimiento, la ciencia no sólo no puede comprobar tales efectos, sino que ha demostrado más beneficios que perjuicios.
Científicos de la Universidad de Newcastle han observado una relación positiva entre la fuerza muscular en niños y adolescentes y una menor adiposidad, menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y óseas, así como mejor autoestim, por lo que, se puede deducir que lejos de perjudicar el desarrollo y la salud, el entrenamiento de fuerza a temprana edad lo beneficia.
Por otro lado, un reciente estudio publicado en British Journal of Sports Medicine, concluye que para desarrollar habilidades deportivas en edades posteriores, mejorar la aptitud muscular mediante un adecuado entrenamiento de fuerza podría ser de gran ayuda en niños o adolescentes, sobre todo, si se intenta una especialización deportiva años después.
Asimismo, el entrenamiento de fuerza a edades tempranas puede favorecer el desarrollo cerebral al promover habilidades motoras, la socialización y el autoestima, lo cual no sólo repercute en el control motor sino también, en el desarrollo emocional de cada niño.
Como si fuera poco, lejos de poder ser un riesgo de sufrir lesiones, el entrenamiento de fuerza que mejora el desarrollo neuromuscular puede ser clave para prevenirlas antes de que se concrete la formación ósea y neuromuscular alterada, de allí que a corta edad, el entrenamiento que favorezca la aptitud muscular puede contribuir a prevenir lesiones más que generarlas, según han demostrado científicos en el año 2013..
Como podemos ver, no son pocas las evidencias que confirman que el entrenamiento de fuerza en niños puede ofrecer más beneficios que perjuicios y que puede ser más recomendable de lo que pensamos a temprana edad.

¿Qué características debe reunir el entrenamiento?
Como en los adultos, el entrenamiento de fuerza en niños debe ser correctamente planificado por profesionales calificados que permitan así, obtener mayores beneficios a la actividad.
En este sentido, el American College of Sports Medicine señala que el entrenamiento debe ser progresivo, regular, creativo, supervisado, debe respetar el principio de sobrecarga y socialización y producir placer en quienes lo practican.
Así, es claro que poco a poco debe generarse el desarrollo neuromuscular pero para producir beneficios, la sobrecarga debe incrementarse paulatinamente, y el descanso es necesario, por eso, podría ser recomendable el entrenamiento de fuerza en niños unas dos o tres veces por semana en días no consecutivos.
Por otro lado, la variedad de ejercicios, movimientos y/o equipamiento puede mejorar las habilidades cognitivas, incentivar la creatividad e imaginación, y además, se debe fomentar la socialización y se debe priorizar el placer, pues los niños deben sentirse a gusto con su práctica.
Y como todo con los niños, si queremos garantizar la seguridad y eficacia del entrenamiento de fuerza, éstos deben estar supervisados y guiados por profesionales del fitness calificados.
Entonces, respetando ciertas características y planificado por profesionales, el entrenamiento de fuerza en niños puede ser beneficioso y recomendable, pues la ciencia no sólo desmiente los daños y riesgos de esta actividad sino que muestra diferentes ventajas de su práctica a corta edad.


Fuente: vitonica.com
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viernes, 11 de noviembre de 2016

El cambio que ocurre en el cerebro cuando dejamos de hacer ejercicio

Todos, o casi todos, somos conscientes de que practicar ejercicio físico es muy beneficioso, pero muy pocos saben que para aprovechar esas ventajas al máximo debemos ser constantes. Las investigaciones realizadas en este campo sugieren que para mantenerse en forma y cuidar la salud, serían suficientes entre 150 minutos de ejercicio aeróbico a la semana. 
Sin embargo, no es buena idea condensar el ejercicio en un único día, lo ideal sería dedicarle al menos media hora tres días a la semana. De hecho, si el objetivo es lograr cambios significativos a nivel cerebral, es imprescindible ser constantes. No obstante, ¿te has preguntado qué podría suceder en tu cerebro cuando te detienes? ¿Qué pasa cada vez que dejas de correr o abandonas el gimnasio? Un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Maryland tiene la respuesta.

El ejercicio aeróbico potencia el funcionamiento del cerebro
La actividad aeróbica es muy beneficiosa para el cerebro. Este tipo de ejercicio facilita la neurogénesis, es decir, la formación de nuevas neuronas, que irán a sustituir aquellas que mueren todos los días, de manera que las conexiones neuronales no se afecten demasiado y podamos seguir pensando, recordando y poniendo en práctica los hábitos que hemos aprendido. 
Por supuesto, esas nuevas células nerviosas también permiten establecer conexiones neuronales nuevas, lo cual significa aprender cosas nuevas. De hecho, se ha apreciado que el ejercicio aeróbico potencia la formación de células gliales, las cuales ejercen una función de soporte para las neuronas e intervienen en el procesamiento cerebral de la información.
Todo esto ocurre, principalmente, debido a que aumenta el riego sanguíneo al cerebro. Investigadores de la universidad de Iowa comprobaron que la actividad física estimula la angiogénesis; es decir, la formación de vasos sanguíneos a partir de los vasos preexistentes. Dado que el cerebro consume una gran cantidad de oxígeno, el hecho de que tenga más vasos sanguíneos y un mayor flujo de sangre, no puede ser sino beneficioso y mejorar las funciones cognitivas. 

¿Qué pasa en tu cerebro cuando dejas de practicar actividad física?
Se ha apreciado que la actividad física no solo incrementa el flujo sanguíneo durante el ejercicio sino que este efecto se mantiene a lo largo del día. En diferentes experimentos se ha podido comprobar que cuando las personas que llevaban un estilo de vida sedentario comenzaban a practicar ejercicio, aumentaba rápidamente el flujo sanguíneo al cerebro, el cual se mantenía incluso cuando estaban descansando.
Sin embargo, los efectos del ejercicio físico no duran por siempre, lo demuestra un estudio realizado con atletas que habían pasado por lo menos los últimos 15 años de su vida entrenando una media de 4 horas a la semana. Los resultados fueron sorprendentes.
En esta investigación se apreció que después de 10 días de inactividad el flujo sanguíneo disminuía en ocho regiones diferentes del cerebro, entre ellas el giro temporal inferior, el cual desempeña un papel fundamental en el procesamiento visual, la memoria semántica y el reconocimiento de objetos complejos, rostros y números.
El lóbulo parietal inferior, que nos permite detectar las emociones mirando los rostros de las personas y nos ayuda a interpretar la información proveniente de los sentidos, también es otra de las zonas afectadas. Además, se afectó el giro fusiforme, relacionado con el reconocimiento de las palabras y los rostros, así como el hipocampo, que fue la zona más comprometida. El hipocampo desempeña un papel fundamental en la memoria y es una de las estructuras más afectadas en las demencias.
Estos neurocientíficos afirman que si apreciaron estos cambios en tan solo 10 días de inactividad, un periodo de tiempo mayor sería nefasto. Por eso, no es extraño que un estilo de vida sedentario se haya vinculado con un mayor riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas.
Por tanto, ahora ya lo sabes: la actividad física moderada y constante es la mejor fórmula para mantener activo tu cerebro.


Fuente: rinconpsicologia.com
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viernes, 4 de noviembre de 2016

¿Cuánto debe durar una rutina hiit para obtener resultados?

Una de las formas de ejercicio más populares que deberías conocer es el HIIT (High Intensity Interval Training o Entrenamiento en Intervalos de Alta Intensidad).
Originalmente destinado para atletas, el HIIT es cada vez más utilizado en la población para combatir las consecuencias de una vida ocupada y sedentaria y por personas que quieren perder peso pero no tienen tiempo para ejercitarse.
En eso, el HIIT destaca, ya que es muy efectivo en quemar grasa corporal en poco tiempo. Pero primero, tienes que conocer algunos conceptos importantes sobre el entrenamiento HIIT para sacar el máximo provecho de él, como cuánto debe durar una rutina de este tipo.

¿Qué es el HIIT?
El HIIT es un tipo de entrenamiento cardiovascular, pero difiere del ejercicio estable ya que se alternan intervalos de alta intensidad y baja intensidad (o un descanso). Estos intervalos duran un tiempo determinado y se pueden repetir las veces necesarias.
Por ejemplo, una rutina básica de HIIT podría consistir en 30 segundos de sprint (intensidad alta) y 30 segundos  demarcha (intensidad baja). Esta serie se repetiría 3 veces.
Para un entrenamiento más intenso, podrías repetir la serie más veces, cambiar la duración de los intervalos (45 segundos sprint y 15 segundos marcha) o incrementar la intensidad (sprint y trote).
Si practicas el HIIT regularmente, podrás bajar del peso y acondicionar tu cuerpo con resultados rápidos.

¿Qué dice la ciencia del entrenamiento HIIT?
El investigador Izumi Tabata descubrió que con un entrenamiento en intervalos de alta intensidad obtenía mejores resultados y más rápidamente en patinadores olímpicos en comparación con el ejercicio aeróbico. Tabata elaboró los principios del entrenamiento llamado Tabata, el precursor del HIIT. Desde entonces, numerosos estudios han apoyado la conclusión que la práctica habitual del HIIT es superior en quemar la grasa, perder el peso, fortalecer los sistemas de energía aeróbicos y bajar los niveles de insulina en ayunas.

¿Por qué el HIIT es más eficaz para quemar grasa?
Una rutina HIIT debe elevar la frecuencia cardiaca hasta 85-90% del máximo para que los músculos trabajen sin oxígeno. Este ejercicio anaeróbico permita el consumo excesivo de oxígeno tras el ejercicio, un efecto post-quemador o afterburn effect, que sigue oxidando la grasa horas después de una sesión de ejercicio intenso.
Cuando haces ejercicio estable como trotar a un ritmo moderado, usas el sistema de energía aeróbica. Mientras el ejercicio dure mucho tiempo y no sea muy intenso, el cuerpo solo oxidará la glucosa y la grasa durante el ejercicio, además de no obtener ningún efecto adicional después.
Eso significa que una rutina de HIIT solo conlleva resultados si te esfuerzas realmente al máximo.

¿Cuánto debe durar una rutina HIIT?
Debido a las diferencias en habilidades y preferencias en las personas, no hay un consenso sobre esta cuestión. Por ejemplo, una rutina Tabata dura 4 minutos mientras que clases de HIIT en el gimnasio suelen durar una hora. Sin embargo, para la mayoría de las personas, una rutina HIIT lo suficientemente intensa debe durar entre 20 a 30 minutos. Si tu rutina dura más de 30 minutos es probable que no estás esforzándote hasta tu máxima intensidad. Por otro lado, si el ejercicio dura menos de 15 minutos, es probable que no veas resultados satisfactorios.
Debes tener en cuenta que ésto depende también de  tu aptitud física actual. Una persona muy sedentaria podrá mejorar su cuerpo y salud con unos pocos minutos de ejercicio, mientras que un atleta serio tiene que entrenar mucho para superar su propio récord personal.

¿Cuáles son las desventajas de realizar entrenamientos HIIT muy largos?

1. Problemas en la hipertrofia muscular
El HIIT, como todo el entrenamiento cardiovascular no te ayuda crecer los músculos y ser más fuerte. Para esto, tienes que levantar pesas pesadas y reducir el ejercicio aérobico.
Recuerda, el entrenamiento HIIT es para perder grasa y aumentar la capacidad cardiovascular, pero en ningún caso debería hacerte perder la masa muscular.

2. Provocar demasiado estrés
El principio del entrenamiento es encontrar la balanza óptima del estrés físico y recuperación para alcanzar ganancias en fuerza y energía. Un riesgo potencial es que el HIIT produce una demanda metabólica grande. Sin conocer tus límites, podrías esforzarte demasiado y producir un estrés excesivo.

¿Cuántos días debo practicar HIIT?
Tomando todos los factores en cuenta, la referencia es 20-30 minutos del HIIT 3 días a la semana. Si a ésto le añades un día de entrenamiento de fuerza con pesas y descansos suficientes para mantener la masa muscular, tendrás el programa de ejercicio ideal para perder grasa y no perder masa muscular.

Conclusión
La duración optima de una rutina de HIIT depende de ti y tu estilo de vida, pero podemos concluir que 20-30 minutos del HIIT unas 2-3 veces a la semana satisfará los objetivos de una persona que intenta tener un estilo de vida activo y sano.



Fuente: entrenamiento.com
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viernes, 28 de octubre de 2016

¿Es mejor levantar más peso o hacer más repeticiones?

Esta debe ser tu pregunta del millón si frecuentas la sala de pesas. ¿Qué método es más efectivo a la hora de aumentar y fortalecer la musculatura? ¿Vale más la pena esforzarse para levantar más peso o es mejor disminuirlo un poco y hacer más repeticiones? Antes de nada es importante saber que, si queremos progresar en nuestros objetivos deportivos, no podemos entrenar siempre del mismo modo. Por lo tanto, deberemos implementar uno de estos dos cambios o ambos.
Si levantásemos siempre la misma cantidad de peso e hiciéramos el mismo número de repeticiones en cada ejercicio nuestro cuerpo terminaría por acostumbrarse, llegando a una especie de techo. Es la manera que tiene de decirnos que ya está lo suficientemente entrenado como para hacer lo que le estamos pidiendo, que no le cuesta ningún esfuerzo y que, por tanto, no le reportará ningún cambio adicional. Aunque lograr esto es una buena noticia, pues significa que nuestro cuerpo ha ganado una resistencia que no tenía, no podemos quedarnos ahí. Y aquí es donde entran las variaciones de ejercicio entre las que siempre dudamos los que trabajamos la fuerza: ¿más peso o más repeticiones?
En realidad, ambos cambios son necesarios, pero sirven para trabajar de manera distinta y dependen de la situación de cada cual. Veamos por qué.

Levantar más peso
Es muy sencillo: si queremos poder levantar más peso, tenemos que intentar levantar un poco más del que estamos acostumbrados. Por muchas repeticiones que hagamos, si lo que queremos es levantar 10 en vez de 5, tendremos que ir habituando a nuestros músculos progresivamente a poder cada vez con más peso.
Es muy importante que no forcemos a nuestro cuerpo, pues es fácil sufrir lesiones musculares y articulares cuando no se tiene cuidado al realizar ejercicios de este tipo. Por lo tanto, es recomendable que no sumemos mucho peso de golpe. Tenemos que ir con un poco de calma, sin prisas. En cuanto a las repeticiones, podemos permitirnos hacernos menos que las que hacemos normalmente si estamos levantando más peso, pues estaremos trabajando otro tipo de resistencia. Una vez nuestro cuerpo se haya acostumbrado pasaremos al siguiente paso, que no es más que una vuelta al primero: desacostumbrar a nuestro sistema de nuevo para que pueda seguir superándose.

Hacer más repeticiones
Cuando tu cuerpo vuelva a sentirse cómodo levantando más peso volverás a estar en ese techo, en esa barrera que ya no te permitirá mejorar si no introduces cambios en tu entrenamiento. En vez de volver a aumentar el peso que puedes levantar es recomendable que esta vez intentes hacer más repeticiones con el peso que ya levantas. Piensa que este ciclo puede durar cuanto quieras o puedas, de modo que cuando consigas este nuevo objetivo siéntete libre para aumentar el peso de nuevo.
Hacer más repeticiones también te ayuda a ponerte más fuerte, sólo que lo hace de una manera diferente que aumentando el peso. Desarrollas el fortalecimiento muscular y tus habilidades para aguantar mejor la fatiga. Además, la calidad de tus músculos mejora a largo plazo, y el hecho de practicar una actividad de alta intensidad consigue que quemes más calorías y grasas.
El incremento de repeticiones no siempre tiene que ir precedido del aumento de peso, sino que puedes decidir trabajar lo que hemos mencionado sin estar levantando más de lo que levantabas antes. De hecho, una muy buena manera de trabajar la técnica del levantamiento de peso, el fortalecimiento muscular y el aumento de la resistencia consiste en levantar un poco menos de peso del que estamos acostumbrados y hacer más repeticiones. Esto nos ayuda a centrarnos más en cada movimiento y a tener que aguantar durante más rato los pesos. Esto te ayudará a evitar lesiones presentes y futuras y contribuirá a que te sea más fácil levantar más cantidad de peso más adelante.
Aun así, no recomendamos sobrepasar las 16 repeticiones. Es decir, si con un peso “X” solías hacer 8-12 repeticiones y cada vez te es más fácil sube las repeticiones a 16. Pero una vez 16 repeticiones te parecen fácil sube un poco el peso. Piensa que el rango de repeticiones ideal para la hipertrofia son 6-12 repeticiones. 

Alterna las dos cosas
Hemos hablado de la importancia de ir progresando poco a poco y, en realidad, ahí reside la clave del asunto. Verás que a medida que puedas levantar más cantidad de peso te será más fácil trabajar el aumento de las repeticiones y a la inversa. El mejor consejo para los entrenamientos de fuerza es tomárselo con calma. No hay prisa, los objetivos son infinitos y todo llega cuando se persigue con constancia y esfuerzo. ¡Sigue adelante!


Fuente: mundofitness.com
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viernes, 21 de octubre de 2016

El mito de beber ocho vasos de agua al día


Todos sabemos que una adecuada hidratación es fundamental para beneficiar al organismo y su funcionamiento, sin embargo, poco se sabe acerca de la cantidad exacta que hay que beber. La recomendación más extendida y popular señala que son necesarios ocho vasos de agua al día para cuidar la salud, pero esto, ¿se trata de un mito o es una realidad?

Ni poco ni mucho para cuidar la salud
Dado que una hidratación correcta es aquella que mantiene el equilibrio de líquidos y electrolitos en nuestro organismo, la cantidad de líquido que un cuerpo necesita puede ser muy diferente al de otro, pues claro, depende de muchos factores.
Y si bebemos poco todo nuestro cuerpo sufre las consecuencias, pues diferentes órganos resultan afectados pudiendo dañar funciones vitales, reducir el rendimiento, alterar el estado de ánimo e incluso resultar fatal.
Pero si por el contrario bebemos demasiada agua también podemos afectar seriamente al organismo al provocar la dilución de electrolitos que cumplen funciones importantes y que en bajos niveles en relación al agua pueden alterar la circulación sanguínea, producir síntomas gastrointestinales e incluso, resultar fatal.
Entonces, lo adecuado es beber líquidos en su justa medida, ya que tanto por déficit como por exceso, el consumo de agua puede perjudicarnos. De allí la importancia de saber (aproximadamente) cuánto beber.

Ocho vasos diarios: ¿mito o realidad?
Desde hace mucho tiempo atrás se conoce que nuestro cuerpo requiere alrededor de 1 ml de agua por caloría consumida, cantidad que en una dieta de 2000 Kcal equivale a 2 litros agua u 8 vasos diarios. Es desde entonces y de aquí que ésta recomendación se ha vuelto tan popular.
No obstante, en el 2007 la British Medical Journal ya consideró que la ingesta de ocho vasos diarios de agua son más bien un mito médico muy extendido, pues los 2 litros de agua que podríamos necesitar si llevamos una dieta de 2000 Kcal no sólo la obtenemos bebiendo agua, sino también, comiendo, ya que todos los alimentos en mayor o menor medida ofrecen agua.
Asimismo, una investigación publicada por la American Physiological Society, concluye que no hay suficiente evidencia científica que respalde la recomendación de ocho vasos de agua al día, pues alimentos e infusiones, incluso el café consumido con moderación, también aportan líquidos y contribuyen a una buena hidratación.
No obstante, un estudio de Nutrition Reviews señala que la ingesta de agua de 2,7 litros diarios en mujeres y de 3,7 litros diarios en hombres adultos sanos puede ser adecuados para cubrir necesidades hídricas y podrían ser mayores en deportistas y atletas.
Como si fuera poca la confusión acerca de cuánto debemos beber y si ocho vasos al día de agua son necesarios o no, científicos de Francia consideran que las personas adultas sedentarias deberían beber 1,5 litros de agua al día.
Como podemos ver, no hay una recomendación exacta acerca de cuánta agua debemos beber ni tampoco hay evidencia que señale que beber ocho vasos de agua al día es necesario para cuidar la salud o que por el contrario, se trate de un falso mito.
Esto, no hace más que confirmar que los ocho vasos de agua diarios pueden quedarse muy cortos en deportistas pero pueden ser excesivos para un adulto sedentario que vive en clima frío, pues las necesidades de agua pueden variar entre 1,5 y 4 litros al día dependiendo del nivel de actividad física, del metabolismo, de la ingesta de alimentos, de la temperatura ambiental donde vivimos u otros factores.
Entonces, quizá deberíamos pensar en que ocho vasos diarios no son una buena recomendación sino que, para estar bien hidratados, lo mejor es atender a la señales de nuestro organismo para beber agua cuando lo necesitemos o percibamos sed.
No debemos olvidar que entre el 20 y el 30% del agua de la dieta deriva de los alimentos sólidos y no de los líquidos, por ello, incrementar la ingesta de platos con alto contenido acuoso también puede contribuir a que no falten líquidos en la alimentación diaria y beber por encima de ello ocho vasos de agua puede inducirnos un exceso de líquidos.


Fuente: directoalpaladar.com
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viernes, 14 de octubre de 2016

Tipos de contracción muscular

En Vitónica siempre nos gusta contaros un poco la teoría de la musculación, y por eso mismo hoy os quiero hablar sobre el término de contracción muscular. En algunas ocasionesse habla sobre un tipo de contracción muscular u otro, pero muchos no saben realmente qué es.
La contracción muscular es un término que puede crear en ocasiones cierta confusión, así que en este artículo hablaremos sobre qué es la contracción muscular, qué tipos existen y en qué influyen estas dentro de nuestros entrenamientos.

Qué es la contracción muscular
En primer lugar cabe destacar que el término contracción tiene como significado juntar o acortar. En el ámbito de la musculación y de los entrenamientos con cargas, podemos definir la contracción muscular como aquello que ocurre siempre que las fibras musculares generan una tensión en sí mismas.
Esta situación de tensión sucede en varias situaciones, entre ellas, cuando el músculo está acortado, alargado, moviéndose, manteniendo una misma longitud o de forma estática.
Existen distintos tipos de contracción muscular, entre ellos podemos destacar la contracción isotónica, que se divide a su vez en concéntrica y excéntrica, la contracción isométrica, auxotónica e isocinética.

Contracción isotónica
Para entender esto, primero destacaremos que isotónica significa de igual tensión. Si lo analizamos desde el punto de vista fisiológico, una contracción isotónica es aquella en la que las fibras musculares además de contraerse, modifican su longitud.
Este es el tipo de contracción más común que se producen en la mayoría de los deportes o actividades físicas que realizamos en nuestro día a día. Normalmente las tensiones musculares que ejercemos suelen estar acompañadas de un acortamiento y alargamiento de las fibras musculares de un músculo. A su vez, la contracción isotónica se divide en dos, concéntrica y excéntrica.
- Concentración concéntrica: es aquella que sucede cuando un músculo realiza una tensión capaz de superar una resistencia, produciendo un acortamiento y posterior movilización de una parte del cuerpo venciendo dicha resistencia. Por ejemplo, cuando cogemos una cuchara y nos la llevamos a la boca para comer, se produce un acortamiento concéntrico. Poniendo ejemplos en el gimnasio en el press de banca el movimiento de subir la barra, equivale a la fase concéntrica.
- Concentración excéntrica: podemos decir que es aquella en la que, dada una resistencia, ejercemos una mayor tensión con el músculo, de forma que dicho músculo se alarga. En el caso del press de banca, la fase excéntrica es cuando bajamos la barra hasta el pecho.

Contracción isométrica
En primer lugar, destacamos que isométrica significa de igual medida o igual longitud. En este tipo de contracción, el músculo permanece estático, no se acorta ni se alarga, pero sí que se genera una tensión.
En nuestro día a día, un ejemplo claro podría ser cuando cogemos una caja de naranjas y la trasladamos a otro lugar. De esta forma, estamos generando una tensión manteniendo los brazos en una posición fija para que la caja no se caiga, pero ni se alargan ni se acortan las fibras musculares.
En los movimientos típicos que se realizan en un entrenamiento de musculación, podríamos decir que la tensión que se produce cuando mantenemos la barra de press banca arriba durante varios segundos, producimos una tensión isométrica.
En este tipo de contracción, no producimos ninguna modificación de la longitud del músculo, así que podemos decir que provocamos una contracción estática.

Contracciones auxotónicas e isocinéticas
Las contracciones auxotónicas son aquellas que se producen cuando combinamos los dos tipos de contracciones que hemos explicado anteriormente, la isotónicas con isométricas. En este caso, cuando combinamos estas contracciones, al iniciarse la contracción se acentúa la parte isotónica, sin embargo, al final de la contracción, acentuamos la isométrica.
Cuando trabajamos con gomas elásticas por ejemplo y las estiramos, provocamos una contracción concéntrica del músculo que mantendremos unos segundos de forma estática (isométricamente) y después al volver a la posición inicial, se produce una contracción excéntrica.
Y por último en relación a las contracciones isocinéticas podemos decir que se define como una contracción máxima a velocidad constante en toda la gama de movimiento, bastante comunes en deportes en los que no es necesario realizar una aceleración en el movimiento.
Por ejemplo, en deportes que sí se necesita tener una velocidad constante y uniforme como la natación o el remo, el agua ejerce una fuerza constante y uniforme, cuando aumentamos nuestra fuerza, el agua aumenta su resistencia.
La diferencia principal entre las contracciones isocinéticas e isotónicas. En las contracciones isotónicas no se controla la velocidad del movimiento y no se ejerce la misma tensión durante el movimiento, al contrario que en las isocinéticas en las que siempre se realizan a velocidad constante regulada y se desarrolla una tensión máxima durante todo el movimiento.


Fuente: vitonica.com
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viernes, 7 de octubre de 2016

¿Por qué los días de descanso son tan importantes?


 La actividad física es esencial para nuestra salud y el logro de los objetivos de fitness que nos proponemos. Es imposible conseguir el cuerpo de tu sueño sin hacer ejercicio. Sin embargo, pocas personas entienden que el ser demasiado activo puede dañar realmente tus probabilidades de desarrollar tus músculos y de definir tu cuerpo. Los días de descanso son tan importantes para tu éxito como entrenamientos.

Estas son algunas de las razones de por qué debes descansar

- El reposo reduce el riesgo de lesiones – Muchas lesiones de ejercicio frecuentes se producen debido al exceso de trabajo, y el descanso es la medida de prevención más eficaz en este caso. Dar a tu cuerpo un tiempo para relajarse y acostumbrarse a la tensión es especialmente importante cuando se inicia un nuevo programa de entrenamiento porque en ese momento, aún no sabes cuáles son tus límites. Ten en cuenta que necesitas no sólo tener uno o dos días de descanso entre los entrenamientos, sino también tomar las pausas breves durante tus ejercicios.
- Demasiado ejercicio interfiere en tu sueño – La actividad física estimula el flujo sanguíneo, lo que significa que cada célula de tu cuerpo recibe los nutrientes más rápido y funciona mejor. La desventaja de esto, es que puede alterarte e interferir con tus horarios de sueño. El sueño es esencial, por lo que siempre deberás hacer un esfuerzo para obtener 7-8 horas de de descanso diario.
- El descanso permite que tus músculos crezcan – este es un hecho de vital importancia que a menudo se pasa por alto. El ejercicio no solo trabaja los músculos, sino que también los daña. Los períodos de descanso son necesarios para que los tejidos sanen y crezcan. Esta es la razón por la cual cualquier programa de culturismo profesional se basa en el ejercicio de diferentes grupos musculares cada día.
- Relajarte te ayuda a mantener la motivación – Entrenar regularmente es bueno, pero con el tiempo puede parecerte aburrido, por lo que te distraes o simplemente te estresa continuar. Por supuesto, hay algunas técnicas que pueden ayudarte a reavivar la pasión por el ejercicio. Sin el estrés, entrenar mucho te permitirá tener mayor motivación y hacer los ejercicios mucho más tranquilamente, con una mayor concentración.
-Es necesario para proteger tu sistema inmunológico – Hacer demasiado ejercicio hace mucho daño a los músculos, tendones y ligamentos. Tu sistema inmunológico se ve obligado a ir a toda máquina con el fin de curar todas estas microfracturas. Esto hace que tu cuerpo se sobrecaliente y aumente el riesgo de lesiones, debido a que tus protecciones naturales no pueden mantener el ritmo.

Como has podido comprobar, los días de descanso son importantes no sólo porque son necesarios para permitir que los músculos crezcan, sino que este tiempo de inactividad también te permite mantenerte alerta y concentrado sin ralentizar el progreso. Con el fin de mantenerte saludable y alcanzar la constitución de tus sueños, debes descansar por lo menos dos días a la semana, sin hacer ningún tipo de ejercicio o hacer descanso activo.


Fuente: mundofitness.com

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viernes, 30 de septiembre de 2016

Errores entrenanado que los mayores de 35 años deben evitar

El envejecimiento, si se encamina de la manera correcta, puede estar lleno de belleza, sabiduría, alegría e iluminación. Puedes ahorrarte problemas durante muchos años, tanto el dolor como la calamidad, ya que las personas exitosas son aquellas que saben adaptarse a él, sabiendo que las reglas de la biología aplican para ti y que tu educación es tu mejor aliado.
En el caso del entrenamiento, ésto se aplica de la misma manera. Descubre cuáles son los errores de entrenamiento más comunes en los atletas mayores de 35 años.

1. Pensar que se puede entrenar igual que cuando se era joven
Todos sabemos que los desastres alimenticios que hacíamos en el pasado han llegado a su fin. Ya no hay más pizzas con cerveza fría ni comidas hipercalóricas en la noche. Aún así, a pesar de limpiar tu dieta y estilo de vida quieres seguir entrenando como cuando tenías 20 años, con el mismo volumen de ejercicios y los mismos días de descanso.
Ésto no tiene sentido, ya que tu cuerpo no responde de la misma manera a la que respondía con 15 o 20 años menos, y aunque lo intentes no podrás mantenerte “al día” con el mismo entrenamiento que pueda llevar a cabo un joven de menor edad.
La ciencia nos dice que a medida que cumplimos años metabolismo se ralentiza, tarda mucho más en recuperarse y se producen cambios en los patrones de sueño y ritmo cardíaco, lo que significa que dormirás menos en la noche y el sueño será cada vez menos reparador.

2. Seguir pensando que más es mejor
¿Entrenar más intenso es beneficioso? Por supuesto que no, pero un entrenamiento inteligente con una correcta recuperación por supuesto que lo es. Tu rutina debe ser estar dirigida al cumplimiento de objetivos, sea cual sea la meta que tengas.
Tu rutina debe permitir la reconstrucción de los músculos hipertrofiados durante la sesión de entrenamiento. A medida que envejeces, el organismo tarda más en reconstruirlo, por lo cual es mejor que busques un entrenador personal de cara a que pueda hacer un seguimiento más personalizado de tus rutinas y recuperación.
La mecánica y alineación del cuerpo (es decir, la movilidad) así como la técnica utilizada, juegan un papel fundamental en tus sesiones de entrenamiento igual que tu edad. Tener dolores articulares no está bien, y si los tienes son síntomas de lesiones. No tengas miedo de buscar nuevas técnicas que permitan todo el desarrollo potencial que hay dentro de ti.
Recuerda, la abundancia y las complicaciones son la forma de la juventud, pero la calidad y la simplificación son el desafío de la edad adulta. ¡Aplica ésto a tu entrenamiento!

3. No dar importancia al sedentarismo
Pasar muchas horas sentado, independiente de si se entrena o no, es una de las razones principales de dolores en la cadera y en los isquiotibiales, ya que se debilitan nuestros músculos estabilizadores. Por otra parte, esta conducta también aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad.
Analiza tu situación, determina cuántas horas pasas sentado, y cuántas horas tienes de actividad física. Activa un plan contra el sedentarismo que te permita caminar más; evita entumecer tus músculos y realiza actividades físicas que mejoren tu condición.

4. No tomar conciencia de tu edad real
Existen muchos factores que no existían en tu vida cuando estabas joven que ahora sí están presentes día a día: los niños, cuentas por pagar, facturas, más responsabilidades laborales, más responsabilidades en el hogar, estrés, decisiones por tomar, menos horas de sueño y menos tiempo en el día para dedicarlos a ti mismo.
Todo ésto debes tenerlo en cuenta. Tu plan de entrenamiento debe tener en cuenta tus niveles de estrés, la cantidad de horas de sueño y si estás al día con tu dieta. No tiene que ser un registro complicado, sin embargo. si es importante llevar un control.
La verdad es que no hay ningún día malo para entrenar, aunque alguna que otra vez las obligaciones se interpondrán entre ti y la rutina. En esos casos haz lo que puedas y hasta donde puedas, pero no dejes de ser constante en tu visión y objetivo.

5. Compararte con otras personas
Es peligroso tener tu mirada puesta en aquellos profesionales que dedican su vida y trabajo a estar en el gimnasio, y que además son 10 o 20 años más jóvenes que tú. Esas personas no tienen la misma vida que tú, de hecho su estilo de vida está muy lejos de las preocupaciones que tienes en tu mente. No estás comparando manzanas con manzanas: sois dos tipos de personas totalmente diferentes.
La mejor persona para compararte eres tú mismo. Sé inteligente, trata de ser constante e intenta medir tus propios resultados; quizás tardes más en llegar a tus objetivos, pero lo importante es mantener un buen estado de salud.

Conclusión
Lo mejor que puedes hacer a la hora de entrenar cumplida una cierta edad es divertirte. Evita la presión, convierte al ejercicio como parte de tu vida y disfruta de ello. Debes reconocer que la satisfacción inmediata con resultados no es parte fundamental en tu entrenamiento, pero sí lo es convertir al ejercicio en una práctica disciplinada. Si eliminas la presión aprenderás que optimizar la condición física puede ofrecer más que una apariencia agradable de ver: se traducirá en calidad de vida.
Estos son los consejos que te ayudarán a asegurar que tu vida esté llena de belleza, salud y sabiduría. ¡Evita éstos 5 errores comunes y obtén resultados mucho más satisfactorios!


Fuente: entrenamiento.com
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viernes, 23 de septiembre de 2016

Distintos tipos de grasa ¿cómo acabamos con cada uno?


 Cómo eliminar la grasa de nuestro cuerpo es una de las grandes preguntas que todos nos hemos planteado en un momento dado. Antes de nada debemos ser conscientes de que cierta cantidad de grasa es indispensable para mantener las funciones del organismo: el porcentaje de grasa mínimo o esencial se encuentra en un 10% en hombres y un 13% en mujeres (un 4% y un 6% respectivamente en el caso de los atletas).

Hace poco hablamos sobre el porcentaje de grasa corporal, su importancia por delante del peso de nuestro cuerpo y de cómo podemos medirlo con una bioimpedancia. Ahora bien, no toda la grasa que tenemos en nuestro cuerpo es igual. Hablamos hoy de los tipos de grasa que podemos encontrar y cómo podemos mantenerlos en un porcentaje idóneo.

Los tipos de grasa según dónde se encuentren
"Yo es que acumulo mucha grasa en la barriga", "pues a mí se me suele ir hacia la zona de los muslos y los glúteos". Y es que no todo el mundo acumula grasa de la misma manera. Simplemente con echar un vistazo a hombres y mujeres podemos ver que hay una diferencia notable en cuanto al sexo, y la culpable es la genética: los hombres tienden a acumular una gran cantidad de grasa en la barriga, mientras que las mujeres tendemos a mantener una cantidad mayor en la zona de las caderas.
Dependiendo de dónde se encuentre esta grasa que acumulamos en el cuerpo podemos distinguir entre:
- Grasa visceral: es la que acumulamos en la zona del abdomen y se coloca entre los órganos.
 - Grasa periférica: es la que acumulamos en las extremidades (en los brazos y las piernas).
- Grasa intermuscular: es la que se encuentra entre las fibras de los músculos en una cantidad muchísimo menor a la de las otras dos.
De entre las dos primeras, las que más nos interesan, la más peligrosa de ellas es la grasa visceral, que es bastante más frecuente en hombres que en mujeres (aunque tenemos el mismo riesgo a partir de los 60 años), y también es la más difícil de eliminar.

¿Qué es la grasa visceral y por qué es importante?
La grasa visceral es aquella que se acumula, como su nombre indica, entre las vísceras, en la zona del abdomen, y podemos detectarla mediante una bioimpedancia o mediante la medición de los pliegues cutáneos realizada con cáliper por un profesional. Otros métodos que podemos utilizar para conocer nuestro índice de grasa visceral son el índice cintura/cadera y el índice cintura/altura.
Los valores de grasa visceral se miden desde 1 hasta 59: si la bioimpedancia, que es el método más utilizado para detectarla, nos da un valor entre 1 y 6 tendremos un índice de grasa visceral normal. Si el valor se encuentra entre 7 y 11 se trata de un valor alto, mientras que a partir de 12 para arriba ya se trata de un valor muy alto.
La grasa visceral es responsable de la obesidad central y está directamente relacionada con el riesgo de sufrir enfermedades metabólicas como hipertensión o diabetes. También se la relaciona con el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras patologías como problemas respiratorios, de los huesos o de las articulaciones. No debemos pensar solo en cómo nos afecta la grasa visceral ahora, sino que también debemos tener en cuenta cómo nos puede afectar en un futuro.

¿Cómo se eliminan estos tipos de grasa?
La grasa periférica o subcutánea suele ser la más sencilla de eliminar, ya que se encuentra en una zona superficial. Es la primera grasa que suele desaparecer cuando empezamos a cuidarnos comiendo de forma adecuada y haciendo ejercicio. La grasa visceral suele ser más resistente, por lo que es más difícil de eliminar.
Veamos qué podemos hacer para mantener estos tipos de grasa a raya:

- Entrenamiento de fuerza: el entrenamiento de fuerza, ya sea con cargas externas o con nuestro propio peso corporal nos ayudará, acompañado de una adecuada alimentación, a aumentar o mantener nuestra masa muscular, que es el mejor quemagrasas que existe. ¿Si quiero perder grasa en las piernas debo centrarme solo en ejercicios para las piernas? No, y esto es un error muy común. La grasa se elimina de todo el cuerpo en general, y no es posible eliminar grasa localizada con procedimientos no invasivos como el ejercicio. Sí puedes ver tus músculos del tren inferior más tonificados si haces sentadillas, pero la grasa localizada no desaparece con ejercicio físico.
- Entrenamiento cardiovascular de alta intensidad: el HIIT que os venimos nombrando desde hace tiempo. La ciencia nos dice que este tipo de entrenamiento en el que combinamos esfuerzos cortos pero muy intensos con descansos o recuperaciones un poco más largas nos ayuda a mantener la masa muscular y a aumentar el metabolismo incluso cuando terminamos de hacer ejercicio. Combinarlo en 2 o 3 sesiones semanales con el entrenamiento de fuerza es ideal para ponernos en forma y para ayudar a eliminar la grasa corporal.
- Cuidar nuestra alimentación: los azúcares añadidos y el alcohol son los grandes enemigos de la grasa en general y especialmente de la grasa visceral. Nuestra alimentación debe estar basada en alimentos, y no en productos procesados: aumentar el consumo de frutas y verduras (y, por tanto, el consumo de fibra), utilizar métodos de cocción saludables (limitar las frituras y optar por cocinar al vapor, a la plancha, en papillote...) y eliminar el azúcar y el alcohol son buenas medidas a tomar si queremos reducir nuestro porcentaje de grasa.
- Modificar nuestros hábitos de vida: esto puede que sea lo más importante. De poco sirve que corra una hora en el gimnasio si el resto del día lo paso sentado y sin moverme lo más mínimo. Tampoco es de mucha ayuda hacer dieta durante dos meses al año si el resto del tiempo como de forma inadecuada. Cambiar nuestros hábitos de vida hacia otros más activos y de alimentación saludable, y hacer que estos formen parte de nuestro día a día para siempre es lo que debemos hacer para ver cambios en nuestro cuerpo.


Fuente: trendencias.com
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viernes, 16 de septiembre de 2016

Desmontamos los 10 principales mitos del CrossFit

Si intentásemos hacer una traducción aproximada, entenderíamos la razón de que este entrenamiento sea tan temido y alabado. CrossFit, podría significar algo así como “cruce de disciplinas”, con lo cual ya te puedes ir haciendo una idea de lo exigente y completo que es.
Las primeras rutinas de CrossFit fueron creadas como parte de un método entrenamiento integral, hace menos de 50 años en Estados Unidos, y desde entonces su uso no ha parado de popularizarse en escuelas militares y gimnasios alrededor del mundo.
El CrossFit debe su popularidad a dos razones principalmente: su uso por parte de los marines, y su fama de deporte exigente o entrenamiento HIIT (High Intensity Interval Training). Esto ha contribuido también a crear cierta confusión: muchos consideran al CrossFit como extremo o peligroso, entre otros muchos mitos.
Lo cierto es que en algunos casos, el miedo al CrossFit obedece a desinformación o exceso de publicidad. Desmontamos para ti algunos de los principales mitos de este tipo de entrenamiento, y te enseñamos todo lo que deberías saber para iniciarte en él.

1. El CrossFit es el mejor método para ponerse en forma
Cuidado: no queremos decir con esto que se trate de una estafa, ni mucho menos. El CrossFit es altamente eficaz como método para lograr una buena condición general. No obstante, si lo que persigues es un método que te lleve a alcanzar un fin muy específico, no está de más que te preguntes: “¿para qué deseo ponerme en forma?”.
Por ejemplo, algunos expertos han señalado que el CrossFit es útil para mejorar la salud cardiovascular. Aunque esto sea cierto, ¿significa también que entrenar CrossFit me hará ganar una maratón? La respuesta obvia es que no. El CrossFit es solo parte de ello, pero para un logro específico se requiere mayor dedicación y profundidad en la rutina.
Otro factor que juega al elegir -o no- practicar CrossFit, es el de la edad o condiciones de salud generales. El CrossFit puede ser recomendable para personas jóvenes, con una resistencia física adecuada, pero ¿lo será también para una octogenaria? De nuevo, una autoevaluación previa de nuestras virtudes y metas será lo mejor antes de iniciar una rutina de este tipo.

2. Es más fácil lesionarse haciendo CrossFit
Es evidente que existe riesgo de lesiones en un deporte de alta intensidad como el CrossFit. No obstante, estudios señalan que el peligro en este caso es similar al que se enfrenta en otros tipos de entrenamiento.
Las estadísticas arrojadas por un estudio de 2013, han demostrado que el CrossFit es porcentualmente tan peligroso como practicar gimnasia o levantamiento de pesas.
Con un nivel de esfuerzo adecuado, y una correcta postura en los ejercicios de mayor intensidad, el CrossFit no deberìa representarte ningún riesgo.

3. Un atleta de CrossFit es bueno en cualquier deporte
Los entrenadores son enfáticos en esto: hacer CrossFit no te califica para enfrentarte a un atleta en cualquier disciplina y ganar.
En tanto los atletas del CrossFit suelen estar medianamente capacitados para enfrentar cualquier situación deportiva, dada su condición de “integrales”, lo cierto es que para ser verdaderamente bueno en un deporte se debe seguir planes de ejercicio específicos.
No en vano cuando se realizan torneos y competencias de deportistas del CrossFit, una de las bases de admisión debe ser tener un nivel “amateur” en cualquier deporte listado para la competencia.

4. El CrossFit vuelve grandes a las mujeres
Quienes creen en este mito se fijan demasiado en la palabra “intensidad” con que se asocia al CrossFit.
Algunos piensan que el CrossFit vuelve “altamente musculares” a quienes lo practican, debido al uso intenso de nuestra resistencia muscular. Esto, en el caso de las mujeres, suele ser una razón para dejarlo.
Lo cierto es que este entrenamiento no debería ser un riesgo para las mujeres: los movimientos de las rutinas CrossFit están más orientas a obtener potencia, más no musculatura por hipertrofia.

5. No se ha probado la validez del método CrossFit
Cualquiera que haya probado el CrossFit podrá desmentir esto: su habilidad para desarrollar en poco tiempo capacidades musculares, resistencia cardiovascular y rendimiento general saltan a la vista.
Para disipar dudas, una revista especializada estadounidense realizó en 2013 un estudio sobre unas 40 personas que practicaban CrossFit de manera habitual. Sus resultados demostraron que este entrenamiento los ayudaba a tener niveles excelentes de resistencia, así como de composición general de su cuerpo, como bajo índice de grasa.
Este hecho no sería un caso aislado, sino un factor común en las rutinas HIIT.

6. Los entrenadores de CrossFit están completamente preparados
Os vamos a decir una verdad algo incómoda: los entrenadores de CrossFit solo necesitan una semana de talleres para obtener su certificado y empezar a enseñar. No es necesario que tengan experiencia en otras áreas del deporte o estudios previos.
Para evitar caer en malas manos, los expertos recomiendan buscar instructores que tengan un currículo en distintas ramas del deporte o el entrenamiento.

7. Todos los Boxes de CrossFit son idénticos
Aunque te pueda parecer a simple vista que no hay mayor diferencia en lo que puedes ver en una rutina CrossFit, la verdad es que cada Box o gimnasio de Crossfit lleva sus propias reglas de entrenamiento.
Un hecho poco conocido es que entrenadores y dueños de gimnasio suelen competir por crear rutinas más elaboradas, pues de la correcta inserción de ejercicios diversos depende mucho la clientela, que en el CrossFit suele ir saltando de un lugar de entrenamiento a otro, buscando mejores resultados.

8. El CrossFit causa rabdomiliosis
La rabdomiliosis es una condición en que el tejido muscular se desprende y va a parar en la sangre. Su causa fundamental es el esfuerzo físico excesivo, y por tanto no es raro que se le haya vinculado al CrossFit.
La verdad es que no existe un riesgo real: técnicamente, la rabdomiliosis sí podría ocurrirle a cualquiera que someta a su cuerpo a un esfuerzo descomunal. No obstante, es poco probable que esto ocurra, pues se necesitaría una persona muy predispuesta al dolor o francamente poco enterada de su nivel de mayor esfuerzo físico permitido.

9. El CrossFit es muy caro
El hecho de que algo sea muy novedoso, muy popular y con sitios especiales para su práctica, solo nos puede arrojar una conclusión: se trata de algo caro. Una feliz característica del CrossFit es que, a pesar de ser todo eso, no es caro en absoluto.
Aunque las tarifas varíen de país a país, el CrossFit está diseñado como una rutina que no requiere mayor inversión o indumentaria, y su práctica está tan generalizada que sus entrenadores se ven forzados a funcionar bajo precios competitivos.

10. El CrossFit es una secta
Para quienes lo practican, el CrossFit puede en algún momento dejar de ser una actividad eventual y pasar a ser un estilo de vida.
Quienes lo practican acaban teniendo un lenguaje y señas particulares, como el tipo de vestimenta cómoda o el uso de términos como HIIT, WOD (Wor Of the Day) o Tío Rabdo (por rabdomiliosis), y esto puede ser confuso para personas fuera del medio.
No obstante el CrossFit dista de ser una secta o una moda obsesiva. Se trata de un entrenamiento que ha logrado reunir a muchas personas, por la sencilla razón de ser completo y altamente funcional.


Fuente: entrenamiento.com
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viernes, 9 de septiembre de 2016

Vídeo-animación, ¿Qué hace a tus músculos crecer?



En este Vídeo de animación en español "¿Qué hace a tus músculos crecer?" aprendemos de forma divertida cómo se construyen los músculos más grandes y más fuertes. El secreto que buscabas sobre el desarrollo muscular explicado de forma sencilla con dibujos animados. Es Ciencia al alcance de todos en formato comic, con resultados mediante una receta que explica los 3 ingredientes básicos. ¡Sencillo, genial y 100% eficaz!.
Tenemos más de 600 músculos, representan entre 1/3 y 1/2 del peso de nuestro cuerpo. La forma en que los trates cotidianamente determinará si se marchitarán o crecerán.
Conforme expones a las fibras musculares al estrés, experimentan daños microscópicos, lo que en el contexto del entrenamiento es positivo. En respuesta, las células dañadas liberan moléculas inflamatorias, las citoquinas, que activan el sistema inmune para reparar la herida. 
Cuanto mayor es el daño al tejido muscular, más el cuerpo tendrá que autorrepararse. El ciclo resultante de daño y reparación al final produce músculos más grandes y más fuertes, conforme se adaptan progresivamente a demandas mayores.
Como nuestro cuerpo ya se han adaptado a la mayoría de actividades diarias, estas no producen generalmente suficiente estrés, para estimular el crecimiento de nuevo músculo. Para crear nuevo músculo, un proceso llamado Hipertrofia, las células necesitan exponerse a cargas más altas de las habituales. De hecho, sino expones continuamente a tus músculos a cierta resistencia, se encogerán, un proceso conocido como atrofia muscular.
Por el contrario, exponer al músculo a un alto grado de tensión, sobre todo cuando el músculo se está alargando, llamado también contracción excéntrica, genera condiciones efectivas para el nuevo crecimiento.
No obstante, los músculos requieren más que actividad para crecer. Sin la nutrición adecuada, hormonas y descanso, el cuerpo nunca podría reparar las fibras del músculo dañadas. La proteína en nuestra dieta preserva la masa muscular, proveyendo los bloques que forman el nuevo tejido en forma de aminoácidos.
La ingesta adecuada de proteínas, junto con hormonas de origen natural, como el Factor de crecimiento del tipo de la insulina (IGF) y la Testosterona ayuda a cambiar el cuerpo a un estado donde se repara y crea tejido. Esta reparación ocurre principalmente cuando estamos descansando, sobre todo por la noche mientras dormimos.
El género y la edad afectan a este mecanismo de reparación, por eso los hombres jóvenes con más testosterona tienen ventaja a la hora de crear músculo. Los factores genéticos también cumplen un rol a la hora de crear músculo. Algunas personas tienen reacciones inmunes más robustas al daño muscular, y pueden reparar y reemplazar las fibras musculares dañadas, aumentando su musculación potencial.


Fuente: vitonica.com
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