jueves, 19 de noviembre de 2015

¿Por qué los músculos tiemblan mientras entrenas?



Todos hemos llegado a ese momento en el que nuestros músculos empiezan a vibrar conforme realizamos sucesivamente las repeticiones. Vamos a averiguar a qué se debe esto.
El entrenamiento de altas intensidades supone un desafío para todos nosotros. Si esta intensidad es excesiva y además dejamos de lado otras consideraciones, podemos sufrir problemas como los temblores musculares, que muy probablemente nos forzarán a terminar nuestra sesión de ejercicio mucho antes de lo previsto.
Afortunadamente hay una serie de factores capaces de ayudar a prevenir este problema, veamos a causa de qué se producen estas vibraciones y cómo podemos evitarlas a fin de no perjudicar nuestro entrenamiento.
Nuestro cuerpo es sabio y nos avisa
Todos hemos escuchado el dicho, lo que quizá no sabíamos es lo siguiente: nuestros músculos se componen de fibras que durante el ejercicio dividen el trabajo, pero determinadas causas hacen que esta división se deteriore progresivamente a lo largo del entrenamiento. Esto se debe a factores como la fatiga que vamos generando durante la sesión, la deshidratación, la pérdida de electrolitos a través de la sudoración y la intensidad del ejercicio.

Cómo evitar los temblores
- Por lo general, un buen calentamiento y la realización regular de estiramientos pueden ayudar a reducir la fatiga muscular, lo cual nos será beneficioso para evitar las vibraciones. Si las fibras no se han recuperado tras el entrenamiento del día anterior, es muy posible que volvamos a fatigarnos en el entrenamiento.
- Por otra parte tenemos a la deshidratación y la pérdida de electrolitos, que también son dos causas importantes del problema. Al hacer ejercicio nuestro cerebro envía señales a las fibras musculares, entre ellas se dividen el esfuerzo del músculo. Cuando el cansancio es notable, la transmisión de las señales empeora y algunas fibras se cargan más que otras.
- La realización de nuevos movimientos a los que no estamos acostumbrados también es un factor de riesgo en cuanto a los temblores. Debemos ser especialmente cautos a la hora de probar nuevos ejercicios.
- Además, si la intensidad es excesivamente alta, lo más probable es que seamos incapaces de llegar a terminar la serie, porque la división del trabajo terminará por hacernos fallar.
- Por último, si la nutrición no es la apropiada, es inútil pretender realizar buenos entrenamientos. El cerebro únicamente es capaz de utilizar glucosa, y la fuente más directa que tiene son los hidratos de carbono (a pesar de que por procesos más costosos, también podemos fabricar glucosa a partir de grasas y proteínas), por lo que la escasez de carbohidratos no es la mejor opción para evitar las vibraciones musculares.

Hacerse más fuerte ayuda
En cualquier caso, a medida que nuestros músculos crecen, se acostumbran a un ejercicio y se vuelven más fuertes. Esto permite que las vibraciones terminen desapareciendo, pero una vez más hemos de tener en cuenta la individualidad de cada persona, ya que hay quien es capaz de adaptarse en poco tiempo y quien es incapaz de dejar de sufrir estas molestias.



Fuente: entrenamiento.com
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